martes, 25 de mayo de 2010

Ahora

Me despierto al vacío
y cierro los ojos para no pensarte
Para no pensar en pensarte.

Me regalaste nubes, soles
Yo te di canciones, mitos.

Y te fuiste enraizando
por mis venas
a través de mi sexo,
de mis manos.

Mis manos que quisieron tocarte,
recorrer tu infinita geografía,
la forma de boca,
tus aguas.

Tus aguas que me ahogaban de gozo,
que me ahogaban de un placer
parecido a un abismo.
Al peso del cielo.

El cielo que se abrió de repente
descubriendo todo.
Quitándome la dicha de tenerte.
De tenernos así

Y tenerte en mi cielo
es perderme en tus aguas,
en tu boca,
en el recuerdo infinito de tu ser.

Me despierto al vacío
y cierro los ojos
para pensarte infinitamente.

2 comentarios:

  1. los versos del comienzo tapan lo que sigue y cuando ya salís del encanto se repiten rematando el final... a ver cómo lo describo, ya lo dijo alguien "dos frases que parecen haber recorrido el mundo hasta encontrarse" esa es la sensación. No quiero menospreciar el resto, pero así me encantaron esas líneas.

    ResponderEliminar